jueves, diciembre 15, 2011

MI LUNA


Mi angustia, al lograr quedar embarazada, era si lograría estar viva para el quinceaños de mi hija, debo confesar que fácil no ha sido. Atravesé cascadas de amarguras, con mis tablitas y chalecos de hule espuma. Y estoy acá, para ella, por ella, por mi terca energía de que nadie logre matarme con sus desplantes, con sus comentarios, con sus traiciones y demandas. Estoy acá, junto a ella, mi pequeña yo reloaded, mejorada, aumentada y mucho más sabia.
Mi luna bella, mi luna buena, lo mejor de mí. Este post es para ti, para que jamás olvides lo que tú haces en mi vida, en mi historia. Me has hecho ser una mejor madre, una mujer más cauta, más completa. Ahora tengo el valor de decir lo que siento sin temor a que me aplasten. Sabía mi vientre que tenerte me daría una vida extra, es decir, vivir contigo, junto a ti, pero jamás en ti.

Ahora siento que esto va un poco tarde, pero me aventaste como canica en lavadero con tu fiesta, con la remodelación de tu recámara, con tus sentires y pensares paisajísticos, y pues, hasta hoy, pasadas las fiestas de navidad, tú leyéndome y yo queriéndote, te hago saber, pequeña, que nada me ha hecho más feliz que saberte parte mía. Te adoro, hija, aun en tus peores momentos en que grita tu entraña odiando a la madre. Nunca te alejes, pescadita, aunque tu vida esté en otra parte, jamás olvides todo el amor que me provocas. Algunas veces, aunque sólo te vea dormir.

MOUMI.