sábado, mayo 28, 2005

Efímero arcoiris

Entre que me peleaba con esta estúpida cibernesis que me ha atrapado como un cáncer, entre que se me hacía bolas el atole (literalmente, mi hijo andaba cursiento), entre una miserable idea literaria que de pronto emerge de quién sabe dónde, entre tantísimas cosas dignas del árido reino de muppetlandia; de pronto, como esa señal que te dice estar vivo, apareció frente a mí uno de los más espectaculares arcoiris que mis ojos han mirado. Surgió del montón de casas que se hincan ante el cerro de la silla; así, sin darme tiempo siquiera a correr y tomar mi nueva cámara (igualmente engendrada por la maldita tecnología de punta, ¿de punta de qué, carajo, si no sé siquiera encontrarla en mi bolsa de tan pequeña que es?).
No lo pensé demasiado. Tenía dos opciones: una, comenzar a picar botones como demente para ver si así lograba capturar la evaporada imagen; y otra, sentarme frente al cerro, en mi mecedora favorita, con el canto de mis pájaros al lado, y atrapar la sensación; pulsar el "save as" en esta memoria que se va volviendo más loca que una chiva en crack. Sí, opté por lo segundo, por el segundo incierto que sólo es mío, de nadie más; que nunca, por más bien que lo haga, podré imprimir en letras, en fotos, en pintura, en nada... Si acaso lo compartiré en un delirium tremens, de esos chidos (como dicen las Infantas) que me aviento con mi amiga Malena, donde nos carcajeamos y lloramos hasta que nos duelen todos los plexos, y nos vamos a "dormir" a las seis de la mañana, y a las nueve ya estamos en el teléfono diciéndonos: ¡¡¡¡estúpida, nos vamos a morir!!!! Y no podemos decirnos más puesto que la carcajada nos lo impide.

Mi arcoriris, éste al menos, es de ustedes, se los regalo envuelto en el celofán de sus brillantes ojos, de ustedes que leen estas piradencias a horas o a deshoras.
Hubo, sin embargo, otro arcoiris más monumental. De ése les hablo otro día.

jueves, mayo 26, 2005

El día y el poema...

LA MARCA


Uno voltea y ya somos años
y volvemos a ser niños
y riñas entre las viñas
y arrugas en el ceño de algún señor

Uno voltea y ya somos gigantes
galantes para quienes nos admiran
peligrosos para quienes nos temen
y niños en el nudo de la enredadera

Uno voltea y somos unos fuimos
y volvemos a las viñas y reñimos
y nos vemos tan sólo peligrosos
en la abismal arruga
del ceño de nuestro Señor

Uno voltea y ya somos nadie
y la nada nos cobija
y no sentimos nada
y somos la ruina de las viñas
en la arruga del sueño niño
de nosotros
antes y después del desengaño.

miércoles, mayo 25, 2005

Bienvenida

Durante mucho tiempo me resistí a tener un blog; consideraba esta forma de comunicación un tanto pornográfica. Ya saben, desnudarse ante todos. Sin embargo tuve que reconocer que me encanta el vouyerismo, sobre todo el literario, y además, debí admitir que ya yo me "encuero" en todos mis poemas. Así que, héme aquí, con mis dedos pulsando un sistema cardiovascular de letras, esperando compartir con quienes deseen, este poco de lo que me queda, y esto que me queda que no se acabe.
Mañana será otra araña.

explosi�n floral Posted by Hello